El
arte (del
lat. ars,
artis, y este calco del
gr. τέχνη)
1 es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad
estética o
comunicativa, mediante la cual se expresan
ideas,
emociones o, en general, una visión del
mundo, mediante diversos recursos, como los
plásticos,
lingüísticos,
sonoros o mixtos.
2 El arte es un componente de la
cultura, reflejando en su concepción los sustratos
económicos y
sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del
Homo sapiens el arte tuvo en principio una función
ritual,
mágica o
religiosa (
arte paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social,
pedagógica,
mercantil o simplemente
ornamental.
La noción de arte continúa sujeta a profundas disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido. El vocablo ‘arte’ tiene una extensa acepción, pudiendo designar cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad: se habla así de “
arte culinario”, “
arte médico”, “
artes marciales”, “
artes de arrastre” en la
pesca, etc. En ese sentido, arte es
sinónimo de capacidad, habilidad, talento, experiencia. Sin embargo, más comúnmente se suele considerar al arte como una actividad creadora del ser humano, por la cual produce una serie de objetos (
obras de arte) que son singulares, y cuya finalidad es principalmente estética. En ese contexto, arte sería la generalización de un concepto expresado desde antaño como “
bellas artes”, actualmente algo en desuso y reducido a ámbitos
académicos y
administrativos. De igual forma, el empleo de la palabra arte para designar la realización de otras actividades ha venido siendo sustituido por términos como ‘
técnica’ u ‘
oficio’. En este artículo se trata de arte entendido como un medio de expresión humano de carácter creativo.
La definición de arte es abierta,
subjetiva, discutible. No existe un acuerdo unánime entre
historiadores,
filósofos o
artistas. A lo largo del tiempo se han dado numerosas definiciones de arte, entre ellas: «el arte es el recto ordenamiento de la razón» (
Tomás de Aquino); «el arte es aquello que establece su propia regla» (
Schiller); «el arte es el estilo» (
Max Dvořák); «el arte es expresión de la sociedad» (
John Ruskin); «el arte es la libertad del genio» (
Adolf Loos); «el arte es la idea» (
Marcel Duchamp); «el arte es la novedad» (
Jean Dubuffet); «el arte es la acción, la vida» (
Joseph Beuys); «arte es todo aquello que los hombres llaman arte» (
Dino Formaggio). El
concepto ha ido variando con el paso del tiempo: hasta el
Renacimiento, arte sólo se consideraban las
artes liberales; la
arquitectura, la
escultura y la
pintura eran “
manualidades”. El arte ha sido desde siempre uno de los principales medios de expresión del ser humano, a través del cual manifiesta sus ideas y sentimientos, la forma como se relaciona con el mundo. Su función puede variar desde la más práctica hasta la ornamental, puede tener un contenido religioso o simplemente estético, puede ser duradero o efímero. En el
siglo XX se pierde incluso el sustrato material: decía Beuys que la vida es un medio de expresión artística, destacando el aspecto vital, la acción. Así, todo el mundo es capaz de ser
artista.
El término arte procede del
latín ars, y es el equivalente al término
griego τέχνη (
téchne, de donde proviene ‘
técnica’). Originalmente se aplicaba a toda la producción realizada por el hombre y a las disciplinas del saber hacer. Así, artistas eran tanto el
cocinero, el
jardinero o el
constructor, como el
pintor o el
poeta. Con el tiempo la derivación latina (
ars -> arte) se utilizó para designar a las disciplinas relacionadas con las artes de lo estético y lo emotivo; y la derivación griega (
téchne -> técnica), para aquellas disciplinas que tienen que ver con las producciones intelectuales y de artículos de uso.
3 En la actualidad, es difícil encontrar que ambos términos (arte y técnica) se confundan o utilicen como sinónimos.
Evolución histórica del concepto de arte[editar]
En la
antigüedad clásica grecorromana, una de las principales cunas de la
civilización occidental y primera cultura que reflexionó sobre el arte, se consideraba el arte como una habilidad del ser humano en cualquier terreno productivo, siendo prácticamente un sinónimo de ‘destreza’: destreza para construir un objeto, para comandar un
ejército, para convencer al público en un
debate, o para efectuar mediciones
agronómicas. En definitiva, cualquier habilidad sujeta a reglas, a preceptos específicos que la hacen objeto de aprendizaje y de evolución y perfeccionamiento técnico. En cambio, la
poesía, que venía de la
inspiración, no estaba catalogada como arte. Así,
Aristóteles, por ejemplo, definió el arte como aquella «permanente disposición a producir cosas de un modo racional», y
Quintiliano estableció que era aquello «que está basado en un método y un orden» (
via et ordine).
4 Platón, en el
Protágoras, habló del arte, opinando que es la capacidad de hacer cosas por medio de la
inteligencia, a través de un aprendizaje. Para Platón, el arte tiene un sentido general, es la capacidad creadora del ser humano.
5 Casiodoro destacó en el arte su aspecto productivo, conforme a reglas, señalando tres objetivos principales del arte: enseñar (
doceat), conmover (
moveat) y complacer (
delectet).
6
Durante el
Renacimiento se empezó a gestar un cambio de mentalidad, separando los oficios y las ciencias de las artes, donde se incluyó por primera vez a la poesía, considerada hasta entonces un tipo de
filosofía o incluso de
profecía –para lo que fue determinante la publicación en
1549 de la traducción
italiana de la
Poética de Aristóteles–. En este cambio intervino considerablemente la progresiva mejora en la situación social del artista, debida al interés que los nobles y ricos prohombres italianos empezaron a mostrar por la
belleza. Los productos del artista adquirieron un nuevo estatus de objetos destinados al consumo estético y, por ello, el arte se convirtió en un medio de promoción social, incrementándose el
mecenazgo artístico y fomentando el
coleccionismo.
7 Surgieron en ese contexto varios tratados
teóricos acerca del arte, como los de
Leon Battista Alberti (
De Pictura, 1436-1439;
De re aedificatoria, 1450; y
De Statua, 1460), o
Los Comentarios (1447) de
Lorenzo Ghiberti. Alberti recibió la influencia aristotélica, pretendiendo aportar una base científica al arte. Habló de
decorum, el tratamiento del artista para adecuar los objetos y temas artísticos a un sentido mesurado, perfeccionista. Ghiberti fue el primero en periodificar la
historia del arte, distinguiendo antigüedad clásica, periodo medieval y lo que llamó “renacer de las artes”.
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Con el
manierismo comenzó el arte moderno: las cosas ya no se representan tal como son, sino tal como las ve el artista. La belleza se relativiza, se pasa de la belleza única renacentista, basada en la
ciencia, a las múltiples bellezas del manierismo, derivadas de la
naturaleza. Apareció en el arte un nuevo componente de
imaginación, reflejando tanto lo fantástico como lo
grotesco, como se puede percibir en la obra de
Brueghel o
Arcimboldo.
Giordano Bruno fue uno de los primeros pensadores que prefiguró las ideas modernas: decía que la creación es infinita, no hay centro ni límites –ni
Dios ni hombre–, todo es movimiento, dinamismo. Para Bruno, hay tantos artes como artistas, introduciendo la idea de originalidad del artista. El arte no tiene normas, no se aprende, sino que viene de la inspiración.
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Los siguientes avances se hicieron en el
siglo XVIII con la
Ilustración, donde comenzó a producirse cierta autonomía del hecho artístico: el arte se alejó de la religión y de la representación del poder para ser fiel reflejo de la voluntad del artista, centrándose más en las cualidades sensibles de la obra que no en su significado.
10 Jean-Baptiste Dubos, en
Reflexiones críticas sobre la poesía y la pintura (1719), abrió el camino hacia la relatividad del gusto, razonando que la estética no viene dada por la razón, sino por los sentimientos. Así, para Dubos el arte conmueve, llega al espíritu de una forma más directa e inmediata que el conocimiento
racional. Dubos hizo posible la
democratización del gusto, oponiéndose a la reglamentación
académica, e introdujo la figura del ‘genio’, como atributo dado por la naturaleza, que está más allá de las reglas.
En el
romanticismo, surgido en
Alemania a finales del siglo XVIII con el movimiento denominado
Sturm und Drang, triunfó la idea de un arte que surge espontáneamente del individuo, desarrollando la noción de genio –el arte es la expresión de las emociones del artista–, que comienza a ser
mitificado.
11 Autores como
Novalis y
Friedrich von Schlegelreflexionaron sobre el arte: en la revista
Athenäum, editada por ellos, surgieron las primeras manifestaciones de la autonomía del arte, ligado a la naturaleza. Para ellos, en la obra de arte se encuentran el interior del artista y su propio lenguaje natural.
12
Arthur Schopenhauer dedicó el tercer libro de El mundo como voluntad y representación a la teoría del arte: el arte es una vía para escapar del estado de infelicidad propio del hombre. Identificó conocimiento con creación artística, que es la forma más profunda de conocimiento. El arte es la reconciliación entre voluntad y conciencia, entre objeto y sujeto, alcanzando un estado de contemplación, de felicidad. La conciencia estética es un estado de contemplación desinteresada, donde las cosas se muestran en su pureza más profunda. El arte habla en el idioma de la intuición, no de la reflexión; es complementario de la filosofía, laética y la religión. Influido por la filosofía oriental, manifestó que el hombre debe liberarse de la voluntad de vivir, del ‘querer’, que es origen de insatisfacción. El arte es una forma de librarse de la voluntad, de ir más allá del ‘yo’.13
Richard Wagner recogió la ambivalencia entre lo sensible y lo espiritual de Schopenhauer: en Ópera y drama (1851), Wagner planteó la idea de la “obra de arte total” (Gesamtkunstwerk), donde se haría una síntesis de la poesía, la palabra –elemento masculino–, con la música –elemento femenino–. Opinaba que el lenguaje primitivo sería vocálico, mientras que la consonante fue un elemento racionalizador; así pues, la introducción de la música en la palabra sería un retorno a la inocencia primitiva del lenguaje.14
A finales del
siglo XIX surgió el
esteticismo, que fue una reacción al
utilitarismo imperante en la época y a la fealdad y el materialismo de la
era industrial. Frente a ello, surgió una tendencia que otorgaba al arte y a la belleza una autonomía propia, sintetizada en la fórmula de
Théophile Gautier “
el arte por el arte” (
l'art pour l'art), llegando incluso a hablarse de “religión estética”.
15 Esta postura pretendía aislar al artista de la sociedad, para que buscase de forma autónoma su propia inspiración y se dejase llevar únicamente por una búsqueda individual de la belleza.
16 Así, la belleza se aleja de cualquier componente
moral, convirtiéndose en el fin último del artista, que llega a vivir su propia vida como una obra de arte –como se puede apreciar en la figura del
dandi–.
17 Uno de los teóricos del movimiento fue
Walter Pater, que influyó sobre el denominado
decadentismo inglés, estableciendo en sus obras que el artista debe vivir la vida intensamente, siguiendo como ideal a la belleza. Para Pater, el arte es “el círculo mágico de la existencia”, un mundo aislado y autónomo puesto al servicio del
placer, elaborando una auténtica
metafísica de la belleza.
18
Por otro lado,
Charles Baudelaire fue uno de los primeros autores que analizaron la relación del arte con la recién surgida era industrial, prefigurando la noción de “belleza moderna”: no existe la belleza eterna y absoluta, sino que cada concepto de lo bello tiene algo de eterno y algo de transitorio, algo de absoluto y algo de particular. La belleza viene de la
pasión y, al tener cada individuo su pasión particular, también tiene su propio concepto de belleza. En su relación con el arte, la belleza expresa por un lado una idea “eternamente subsistente”, que sería el “alma del arte”, y por otro un componente relativo y circunstancial, que es el “cuerpo del arte”. Así, la
dualidad del arte es expresión de la dualidad del hombre, de su aspiración a una felicidad ideal enfrentada a las pasiones que le mueven hacia ella. Frente a la mitad eterna, anclada en el
arte clásico antiguo, Baudelaire vio en la mitad relativa el
arte moderno, cuyos signos distintivos son lo transitorio, lo fugaz, lo efímero y cambiante –sintetizados en la
moda–. Baudelaire tenía un concepto
neoplatónico de belleza, que es la aspiración humana hacia un ideal superior, accesible a través del arte. El artista es el “héroe de la modernidad”, cuya principal cualidad es la
melancolía, que es el anhelo de la belleza ideal.
19
En contraposición al esteticismo,
Hippolyte-Adolphe Taine elaboró una teoría
sociológica del arte: en su
Filosofía del arte (1865-1869) aplicó al arte un
determinismo basado en la
raza, el contexto y la
época (
race,
milieu,
moment). Para Taine, la estética, la “ciencia del arte”, opera como cualquier otra disciplina científica, basándose en parámetros racionales y empíricos. Igualmente,
Jean Marie Guyau, en
Los problemas de la estética contemporánea (1884) y
El arte desde el punto de vista sociológico (1888), planteó una visión
evolucionista del arte, afirmando que el arte está en la vida, y que evoluciona como ésta; y, al igual que la vida del ser humano está organizada socialmente, el arte debe ser reflejo de la sociedad.
20
La
estética sociológica tuvo una gran vinculación con el
realismo pictórico y con movimientos políticos de izquierdas, especialmente el
socialismo utópico: autores como
Henri de Saint-Simon,
Charles Fourier y
Pierre Joseph Proudhon defendieron la función social del arte, que contribuye al desarrollo de la sociedad, aunando belleza y utilidad en un conjunto armónico. Por otro lado, en el
Reino Unido, la obra de teóricos como
John Ruskin y
William Morris aportó una visión
funcionalista del arte: en
Las piedras de Venecia(1851-1856) Ruskin denunció la destrucción de la belleza y la vulgarización del arte llevada a cabo por la sociedad industrial, así como la degradación de la
clase obrera, defendiendo la función social del arte. En
El arte del pueblo (1879) pidió cambios radicales en la economía y la sociedad, reclamando un arte “hecho por el pueblo y para el pueblo”. Por su parte, Morris –fundador del movimiento
Arts & Crafts– defendió un arte funcional, práctico, que satisfaga necesidades materiales y no sólo espirituales. En
Escritos estéticos (1882-1884) y
Los fines del arte (1887) planteó un concepto de arte utilitario pero alejado de sistemas de producción excesivamente tecnificados, próximo a un concepto del socialismo cercano al
corporativismo medieval.
21
Por otro lado, la función del arte fue cuestionada por el escritor
ruso Lev Tolstoi: en
¿Qué es el arte? (1898) se planteó la justificación social del arte, argumentando que siendo el arte una forma de comunicación sólo puede ser válido si las emociones que transmite pueden ser compartidas por todos los hombres. Para Tolstoi, la única justificación válida es la contribución del arte a la
fraternidad humana: una obra de arte sólo puede tener valor social cuando transmite valores de fraternidad, es decir, emociones que impulsen a la unificación de los pueblos.
22
En esa época se empezó a abordar el estudio del arte desde el terreno de la
psicología:
Sigmund Freud aplicó el
psicoanálisis al arte en
Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910), defendiendo que el arte sería una de las maneras de representar un deseo, una pulsión reprimida, de forma sublimada. Opinaba que el artista es una figura
narcisista, cercana al niño, que refleja en el arte sus deseos, y afirmó que las obras artísticas pueden ser estudiadas como los
sueños y las
enfermedades mentales, con el psicoanálisis. Su método era
semiótico, estudiando los
símbolos, y opinaba que una obra de arte es un símbolo. Pero como el símbolo representa un determinado concepto simbolizado, hay que estudiar la obra de arte para llegar al origen creativo de la obra.
23 Igualmente,
Carl Gustav Jung relacionó la psicología con diversas disciplinas como la filosofía, la sociología, la religión, la
mitología, la
literatura y el arte. En
Contribuciones a la psicología analítica (1928), sugirió que los elementos simbólicos presentes en el arte son “imágenes primordiales” o “arquetipos”, que están presentes de forma innata en el “subconsciente colectivo” del ser humano.
24
Wilhelm Dilthey, desde la estética cultural, formuló una teoría acerca de la unidad entre arte y vida. Prefigurando el arte de vanguardia, Dilthey ya vislumbraba a finales del siglo XIX cómo el arte se alejaba de las reglas académicas, y cómo cobraba cada vez mayor importancia la función del público, que tiene el poder de ignorar o ensalzar la obra de un artista determinado. Encontró en todo ello una “anarquía del gusto”, que achacó a un cambio social de interpretación de la realidad, pero que percibió como transitorio, siendo necesario hallar «una relación sana entre el pensamiento estético y el arte». Así, ofreció como salvación del arte las “ciencias del espíritu”, especialmente la psicología: la creación artística debe poder analizarse bajo el prisma de la interpretación psicológica de la fantasía. En Vida y poesía (1905) presentó la poesía como expresión de la vida, como ‘vivencia’ (Erlebnis) que refleja la realidad externa de la vida. La creación artística tiene pues como función intensificar nuestra visión del mundo exterior, presentándolo como un conjunto coherente y pleno de sentido.25
Visión actual[editar]

Fuente, de
Marcel Duchamp. El
siglo XXsupone una pérdida del concepto de belleza clásica para conseguir un mayor efecto en el diálogo artista-espectador.
El
siglo XX ha supuesto una radical transformación del concepto de arte: la superación de las ideas
racionalistas de la Ilustración y el paso a conceptos más subjetivos e individuales, partiendo del movimiento romántico y cristalizando en la obra de autores como
Kierkegaard y
Nietzsche, suponen una ruptura con la tradición y un rechazo de la belleza clásica. El concepto de realidad fue cuestionado por las nuevas teorías científicas: la subjetividad del tiempo de
Bergson, la
Teoría de la relatividad de
Einstein, la
mecánica cuántica, la teoría del psicoanálisis de Freud, etc. Por otro lado, las nuevas
tecnologías hacen que el arte cambie de función, debido a que la
fotografía y el
cine ya se encargan de plasmar la realidad. Todos estos factores producen la génesis del
arte abstracto, el artista ya no intenta reflejar la realidad, sino su mundo interior, expresar sus sentimientos.
26 El arte actual tiene oscilaciones continuas del gusto, cambia simultáneamente junto a éste: así como el arte clásico se sustentaba sobre una metafísica de ideas inmutables, el actual, de raíz
kantiana, encuentra gusto en la conciencia social de placer (
cultura de masas). También hay que valorar la progresiva disminución del
analfabetismo, puesto que antiguamente, al no saber leer gran parte de la población, el arte gráfico era el mejor medio para la transmisión del conocimiento –sobre todo religioso–, función que ya no es necesaria en el siglo XX.
Una de las primeras formulaciones fue la del
marxismo: de la obra de
Marx se desprendía que el arte es una “
superestructura” cultural determinada por las condiciones sociales y económicas del ser humano. Para los marxistas, el arte es reflejo de la realidad social, si bien el propio Marx no veía una correspondencia directa entre una sociedad determinada y el arte que produce.
Georgi Plejánov, en
Arte y vida social (1912), formuló una estética
materialista que rechazaba el “arte por el arte”, así como la individualidad del artista ajeno a la sociedad que lo envuelve.
27 Walter Benjamin incidió de nuevo en el arte de vanguardia, que para él es «la culminación de la dialéctica de la modernidad», el final del intento totalizador del arte como expresión del mundo circundante. Intentó dilucidar el papel del arte en la sociedad moderna, realizando un análisis semiótico en el que el arte se explica a través de signos que el hombre intenta descifrar sin un resultado aparentemente satisfactorio. En
La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica (1936) analizó la forma cómo las nuevas técnicas de reproducción industrial del arte pueden hacer variar el concepto de éste, al perder su carácter de objeto único y, por tanto, su halo de reverencia mítica; esto abre nuevas vías de concebir el arte –inexploradas aún para Benjamin– pero que supondrán una relación más libre y abierta con la obra de arte.
28
Theodor W. Adorno, como Benjamin perteneciente a la Escuela de Frankfurt, defendió el arte de vanguardia como reacción a la excesiva tecnificación de la sociedad moderna. En su Teoría estética (1970) afirmó que el arte es reflejo de las tendencias culturales de la sociedad, pero sin llegar a ser fiel reflejo de ésta, ya que el arte representa lo inexistente, lo irreal; o, en todo caso, representa lo que existe pero como posibilidad de ser otra cosa, de trascender. El arte es la “negación de la cosa”, que a través de esta negación la trasciende, muestra lo que no hay en ella de forma primigenia. Es apariencia, mentira, presentando lo inexistente como existente, prometiendo que lo imposible es posible.29

Isla Pagoda en la desembocadura del río Min(1870), de
John Thomson. La
fotografía supuso una gran revolución a la hora de concebir el arte en el siglo XIX y el XX.
Representante del
pragmatismo,
John Dewey, en
Arte como experiencia (1934), definió el arte como “culminación de la naturaleza”, defendiendo que la base de la estética es la experiencia sensorial. La actividad artística es una consecuencia más de la actividad natural del ser humano, cuya forma organizativa depende de los condicionamientos ambientales en que se desenvuelve. Así, el arte es “expresión”, donde fines y medios se fusionan en una experiencia agradable. Para Dewey, el arte, como cualquier actividad humana, implica iniciativa y creatividad, así como una interacción entre sujeto y objeto, entre el hombre y las condiciones materiales en las que desarrolla su labor.
30
José Ortega y Gasset analizó en La deshumanización del arte (1925) el arte de vanguardia desde el concepto de “sociedad de masas”, donde el carácter minoritario del arte vanguardista produce una elitizacióndel público consumidor de arte. Ortega aprecia en el arte una “deshumanización” debida a la pérdida de perspectiva histórica, es decir, de no poder analizar con suficiente distancia crítica el sustrato socio-cultural que conlleva el arte de vanguardia. La pérdida del elemento realista, imitativo, que Ortega aprecia en el arte de vanguardia, supone una eliminación del elemento humano que estaba presente en el artenaturalista. Asimismo, esta pérdida de lo humano hace desaparecer los referentes en que estaba basado el arte clásico, suponiendo una ruptura entre el arte y el público, y generando una nueva forma de comprender el arte que sólo podrán entender los iniciados. La percepción estética del arte deshumanizado es la de una nueva sensibilidad basada no en la afinidad sentimental –como se producía con el arte romántico–, sino en un cierto distanciamiento, una apreciación de matices. Esa separación entre arte y humanidad supone un intento de volver al hombre a la vida, de rebajar el concepto de arte como una actividad secundaria de la experiencia humana.31
En la escuela
semiótica,
Luigi Pareyson elaboró en
Estética. Teoría de la formatividad (1954) una estética
hermenéutica, donde el arte es interpretación de la
verdad. Para Pareyson, el arte es “formativo”, es decir, expresa una forma de hacer que, «a la vez que hace, inventa el modo de hacer». En otras palabras, no se basa en reglas fijas, sino que las define conforme se elabora la obra y las proyecta en el momento de realizarla. Así, en la formatividad la obra de arte no es un “resultado”, sino un “logro”, donde la obra ha encontrado la regla que la define específicamente. El arte es toda aquella actividad que busca un fin sin medios específicos, debiendo hallar para su realización un proceso creativo e innovador que dé resultados originales de carácter inventivo.
32 Pareyson influyó en la denominada Escuela de
Turín, que desarrollará su concepto
ontológico del arte:
Umberto Eco, en
Obra abierta (1962), afirmó que la obra de arte sólo existe en su interpretación, en la apertura de múltiples significados que puede tener para el espectador;
Gianni Vattimo, en
Poesía y ontología (1968), relacionó el arte con el ser, y por tanto con la verdad, ya que es en el arte donde la verdad se muestra de forma más pura y reveladora.
33
Una de las últimas derivaciones de la filosofía y el arte es la
postmodernidad, teoría socio-cultural que postula la actual vigencia de un periodo histórico que habría superado el proyecto
moderno, es decir, la raíz cultural, política y económica propia de la
Edad Contemporánea, marcada en lo cultural por la
Ilustración, en lo político por la
Revolución francesa y en lo económico por la
Revolución industrial. Frente a las propuestas del arte de vanguardia, los postmodernos no plantean nuevas ideas, ni éticas ni estéticas; tan sólo reinterpretan la realidad que les envuelve, mediante la repetición de imágenes anteriores, que pierden así su sentido. La repetición encierra el marco del arte en el arte mismo, se asume el fracaso del compromiso artístico, la incapacidad del arte para transformar la vida cotidiana. El
arte postmoderno vuelve sin pudor al sustrato material tradicional, a la obra de arte-objeto, al “arte por el arte”, sin pretender hacer ninguna revolución, ninguna ruptura. Algunos de sus más importantes teóricos han sido
Jacques Derrida y
Michel Foucault.
34
Como conclusión, cabría decir que las viejas fórmulas que basaban el arte en la creación de belleza o en la imitación de la naturaleza han quedado obsoletas, y hoy día el arte es una cualidad dinámica, en constante transformación, inmersa además en los medios de comunicación de masas, en los canales de consumo, con un aspecto muchas veces efímero, de percepción instantánea, presente con igual validez en la idea y en el objeto, en su génesis conceptual y en su realización material.
35 Morris Weitz, representante de la
estética analítica, opinaba en
El papel de la teoría en la estética (1957) que «es imposible establecer cualquier tipo de criterios del arte que sean necesarios y suficientes; por lo tanto, cualquier teoría del arte es una imposibilidad lógica, y no simplemente algo que sea difícil de obtener en la práctica». Según Weitz, una cualidad intrínseca de la creatividad artística es que siempre produce nuevas formas y objetos, por lo que «las condiciones del arte no pueden establecerse nunca de antemano». Así, «el supuesto básico de que el arte pueda ser tema de cualquier definición realista o verdadera es falso».
36
En el fondo, la indefinición del arte estriba en su reducción a determinadas categorías –como imitación, como recreación, como expresión–; el arte es un concepto global, que incluye todas estas formulaciones y muchas más, un concepto en evolución y abierto a nuevas interpretaciones, que no se puede fijar de forma convencional, sino que debe aglutinar todos los intentos de expresarlo y formularlo, siendo una síntesis amplia y subjetiva de todos ellos.
El arte es una actividad humana consciente capaz de reproducir cosas, construir formas, o expresar una experiencia, si el producto de esta reproducción, construcción, o expresión puede deleitar, emocionar o producir un choque.
Clasificación[editar]
La clasificación del arte, o de las distintas facetas o categorías que pueden considerarse artísticas, ha tenido una evolución paralela al concepto mismo de arte: como se ha visto anteriormente, durante la antigüedad clásica se consideraba arte todo tipo de habilidad manual y destreza, de tipo racional y sujeta a reglas; así, entraban en esa denominación tanto las actuales
bellas artes como la
artesanía y las
ciencias, mientras que quedaban excluidas la
música y la
poesía. Una de las primeras clasificaciones que se hicieron de las artes fue la de los filósofos
sofistas presocráticos, que distinguieron entre “artes útiles” y “artes placenteras”, es decir, entre las que producen objetos de cierta utilidad y las que sirven para el entretenimiento.
Plutarco introdujo, junto a estas dos, las “artes perfectas”, que serían lo que hoy consideramos ciencias.
Platón, por su parte, estableció la diferencia entre “artes productivas” y “artes imitativas”, según si producían objetos nuevos o imitaban a otros.
38
Durante la era
romana hubo diversos intentos de clasificar las artes:
Quintiliano dividió el arte en tres esferas: “artes teóricas”, basadas en el estudio (principalmente, las ciencias); “artes prácticas”, basadas en una actividad, pero sin producir nada (como la
danza); y “artes poéticas” –según la
etimología griega, donde ποίησις (
poíêsis) quiere decir ‘producción’–, que son las que producen objetos.
Cicerón catalogó las artes según su importancia: “artes mayores” (política y estrategia militar), “artes medianas” (ciencias, poesía y
retórica) y “artes menores” (pintura, escultura, música,
interpretación y
atletismo).
Plotino clasificó las artes en cinco grupos: las que producen objetos físicos (arquitectura), las que ayudan a la naturaleza (
medicina y
agricultura), las que imitan a la naturaleza (pintura), las que mejoran la acción humana (política y retórica) y las intelectuales (
geometría).
39
Durante la
Edad Media continuó la división del arte entre artes liberales y vulgares –llamadas estas últimas entonces “
mecánicas”–, si bien hubo nuevos intentos de clasificación:
Boecio dividió las artes en
ars y
artificium, clasificación similar a la de artes liberales y vulgares, pero en una acepción que casi excluía las formas manuales del campo del arte, dependiendo éste tan sólo de la mente. En el
siglo XII,
Radulfo de Campo Lungointentó hacer una clasificación de las artes mecánicas, reduciéndolas a siete, igual número que las liberales. En función de su utilidad cara a la sociedad, las dividió en:
ars victuaria, para alimentar a la gente;
lanificaria, para vestirles;
architectura, para procurarles una casa;
suffragatoria, para darles medios de transporte;
medicinaria, que les curaba;
negotiatoria, para el comercio;
militaria, para defenderse.
41
En el
siglo XVI empezó a considerarse que la arquitectura, la pintura y la escultura eran actividades que requerían no sólo oficio y destreza, sino también un tipo de concepción intelectual que las hacían superiores a otros tipos de manualidades. Se gestaba así el concepto moderno de arte, que durante el
Renacimiento adquirió el nombre de
arti del disegno (artes del
diseño), por cuanto comprendían que esta actividad –el diseñar– era la principal en la génesis de las obras de arte.
42

Las Meninas (1656), de
Velázquez, fue un alegato de la figura del pintor como artista inspirado, frente a la condición de simple artesano que hasta entonces se tenía del oficio de pintor.
Sin embargo, faltaba aglutinar estas artes del diseño con el resto de actividades consideradas artísticas (música, poesía y
teatro), tarea que se desarrolló durante los dos siglos siguientes con varios intentos de buscar un nexo común a todas estas actividades: así, el
humanista florentino Giannozzo Manetti propuso el término “artes ingeniosas”, donde incluía las artes liberales, por lo que sólo cambiaba el vocablo; el filósofo
neoplatónicoMarsilio Ficino elaboró el concepto de “artes musicales”, argumentando que la música era la inspiración para todas las artes; en
1555,
Giovanni Pietro Capriano introdujo en su
De vera poetica la acepción “artes nobles”, apelando a la elevada finalidad de estas actividades;
Lodovico Castelvetro habló en su
Correttione (1572) de “artes memoriales”, ya que según él estas artes buscaban fijar en objetos la memoria de cosas y acontecimientos;
Claude-François Menestrier, historiador
francés del
siglo XVII, formuló la idea de “artes pictóricas”, remarcando el carácter visual del arte;
Emanuele Tesauro ideó en
1658 la noción de “artes poéticas”, inspirado en la célebre cita de
Horacio ut pictura poesis (la pintura como la poesía), describiendo el componente poético y
metafórico de estas artes; ya en el
siglo XVIII, coincidieron en un mismo año (
1744) dos definiciones, la de “artes agradables” de
Giambattista Vico, y la de “artes elegantes” de
James Harris; por último, en
1746,
Charles Batteux estableció en
Las bellas artes reducidas a un único principio la concepción actual de
bellas artes, remarcando su aspecto de imitación (
imitatio).
43
Batteux incluyó en las bellas artes pintura, escultura, música, poesía y danza, mientras que mantuvo el término artes mecánicas para el resto de actividades artísticas, y señaló como actividades entre ambas categorías la arquitectura y la retórica, si bien al poco tiempo se eliminó el grupo intermedio y la arquitectura y la retórica se incorporaron plenamente a las bellas artes. Sin embargo, con el tiempo, esta lista sufrió diversas variaciones, y si bien se aceptaba comúnmente la presencia de arquitectura, pintura, escultura, música y poesía, los dos puestos restantes oscilaron entre la danza, la retórica, el teatro y la
jardinería, o, más adelante, nuevas disciplinas como la
fotografía y el
cine. El término “bellas artes” hizo fortuna, y quedó fijado como definición de todas las actividades basadas en la elaboración de objetos con finalidad estética, producidos de forma intelectual y con voluntad expresiva y trascendente. Así, desde entonces las artes fueron “bellas artes”, separadas tanto de las ciencias como de los oficios manuales. Por eso mismo, durante el
siglo XIX se fue produciendo un nuevo cambio terminológico: ya que las artes eran sólo las bellas artes, y el resto de actividades no lo eran, poco a poco se fue perdiendo el término ‘bellas’ para quedar sólo el de ‘artes’, quedando la acepción ‘arte’ tal como la entendemos hoy día. Incluso sucedió que entonces se restringió el término “bellas artes” para designar las artes visuales, las que en el Renacimiento se denominaban “artes del diseño” (arquitectura, pintura y escultura), siendo las demás las “artes en general”. También hubo una tendencia cada vez más creciente a separar las artes visuales de las literarias, que recibieron el nombre de “bellas letras”.
44Se podría decir que las “bellas artes” son aquellas que cumplen con ciertas características estéticas dignas de ser admiradas: tienen como objetivo expresar la belleza aunque esta sea definida por el artista o por la particular perspectiva del observador, cayendo en la ambigüedad de lo que es bello.
Gary Martin señaló que debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice que «la belleza está en el ojo del observador». Las “bellas artes” han tenido históricamente tal adjetivo debido a que representan la máxima expresión sentimental del ser humano desde épocas remotas.
Sin embargo, pese a la aceptación general de la clasificación propuesta por Batteux, en los siglos siguientes todavía se produjeron intentos de nuevas clasificaciones del arte:
Immanuel Kant distinguió entre “artes mecánicas” y “artes estéticas”;
Robert von Zimmermann habló de artes de la representación material (arquitectura y escultura), de la representación perceptiva (pintura y música) y de la representación del pensamiento (literatura); y
Alois Riegl, en
Arte industrial de la época romana tardía, dividió el arte en arquitectura, plástica y ornamento.
Hegel, en su
Estética (1835-1838), estableció tres formas de manifestación artística: arte simbólico, clásico y romántico, que se relacionan con tres formas diferentes de arte, tres estadios de evolución histórica y tres maneras distintas de tomar forma la idea:
Arte | Historia | Idea | Forma |
Simbólico | Infancia | Desajuste | Arquitectura |
Clásico | Madurez | Ajuste | Escultura |
Romántico | Vejez | Desbordamiento | Pintura, música y poesía |
En la idea, primero hay una relación de desajuste, donde la idea no encuentra forma; después es de ajuste, cuando la idea se ajusta a la forma; por último, en el desbordamiento, la idea sobrepasa la forma, tiende al infinito. En la evolución histórica, equipara infancia con el
arte prehistórico, antiguo y oriental; madurez, con el
arte griego y
romano; y vejez, con el arte
cristiano. En cuanto a la forma, la arquitectura (forma monumental) es un arte
tectónico, depende de la materia, de pesos, medidas, etc.; la escultura (forma
antropomórfica) depende más de la forma
volumétrica, por lo que se acerca más al hombre; la pintura, música y poesía (formas suprasensibles) son la etapa más espiritual, más desmaterializada. La creación artística no ha de ser una
mimesis, sino un proceso de libertad espiritual. En su evolución, cuando el artista llega a su límite, se van perdiendo las formas sensibles, el arte se vuelve más conceptual y reflexivo; al final de este proceso se produce la “muerte del arte”.
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Pese a todo, estos intentos de clasificación resultaron un tanto baldíos y, cuando parecía que por fin se había llegado a una definición del arte universalmente aceptable, después de tantos siglos de evolución, los cambios sociales, culturales y tecnológicos producidos durante los siglos XIX y XX han comportado un nuevo intento de definir el arte con base en parámetros más abiertos y omnicomprensivos, intentando abarcar tanto una definición teórica del arte como una catalogación práctica que incluyese las nuevas formas artísticas que han ido surgiendo en los últimos tiempos (fotografía, cine, cómic, nuevas tecnologías, etc.). Como el de
Juan Acha con su ensayo
Arte y sociedad. Latinoamérica: el producto artístico y estructura (1979), cuya compleja organización de las artes es según su aplicación y origen; en grupos como "Cuerpo-Objeto", "Superficie-Objetos", "Superficies-Icónicas", "Superficies-Literarias", "Espectáculos" y "Audiciones". Y otra más simple en
Lógica del Límite (1991) de
Eugenio Trías, en la que el artista es como un
habitante y a un determinado oficio artístico como un
habitáculo, que constituyen tres grandes áreas del arte: artes estáticas o del espacio, artes mixtas y artes temporales o dinámicas.
Artes estáticas o espaciales | Artes mixtas | Artes dinámicas o temporales |
Arquitectura | Cine | Música |
Escultura | Teatro | Danza |
Pintura | Ópera | Literatura |
Estos intentos, un tanto infructuosos, han producido en cierta forma el efecto contrario, acentuando aún más la indefinición del arte, que hoy día es un concepto abierto e interpretable, donde caben muchas fórmulas y concepciones, si bien se suele aceptar un mínimo denominador común basado en cualidades estéticas y expresivas, así como un componente de creatividad.
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Cinco artes son comúnmente citadas en el
siglo XIX, a las cuales en el
siglo XX se le añadirán cuatro más para llegar a un total de nueve artes, sin ser capaces los expertos y críticos de ponerse de acuerdo sobre la clasificación un "décimo arte".
Al final del
siglo XX, la siguiente lista establece las nuevas clasificaciones, al igual que el número de musas antiguas:
- Arquitectura
- Escultura
- Artes visuales, que incluyen la pintura y el dibujo
- Música
- Literatura, que incluye la poesía
- Artes escénicas, que incluyen el teatro, la danza, el mimo y el circo
- Cinematografía
- Fotografía
- Historieta
Elementos del fenómeno artístico[editar]
- Artista: se denomina artista a aquella persona que, o bien practica un arte, o bien destaca en él. Por definición, un artista es quien elabora una obra de arte; así pues, y en paralelo a la evolución del concepto de arte que hemos visto anteriormente, en épocas pasadas un artista era cualquier persona que trabajase en las artes liberales o vulgares, desde un gramático, un astrónomo o un músico hasta un albañil, un alfarero o unebanista. Sin embargo, hoy día se entiende por artista a alguien que practica las bellas artes. Aun así, el término artista puede tener diversas acepciones, desde el artista como creador, hasta el artista como el que tiene en la práctica de un arte su profesión. Así, a menudo llamamos artistas a actores o músicos que sólo interpretan obras creadas por otros autores. También se suele emplear el vocablo artista para diferenciar a quien practica una actividad liberal para distinguirlo del que practica un oficio: en ese sentido, se suele decir “pintor artista” para diferenciarlo de un “pintor de brocha gorda”. Al artista se le supone una disposición especialmente sensible frente al mundo que lo rodea: ha desarrollado su propio punto de vista, así como su creatividad, una buena técnica y un medio de comunicación hacia el espectador por medio de sus obras. El artista adquiere su propio dominio de la técnica y su desarrollo artístico intelectual para llegar al camino del profesionalismo. Con esta personalidad, el artista se manifiesta hacia el mundo tratando de reflejar lo que acontece –o le gustaría que aconteciera– en él.47
- Obra de arte: una obra es una realización material, que tiene una existencia objetiva y que es perceptible sensiblemente. El término proviene del latín opera, que deriva de opus (‘trabajo’), por lo que equivale a trabajo como objeto, es decir, como resultado de un trabajo. Una obra de arte puede ser tanto el objeto material en sí –una pintura, una escultura, un grabado– como una producción intelectual donde la artisticidad se encuentra en el momento de su ejecución o captación por medio de los sentidos: así, en la literatura, el arte se encuentra más en la lectura de la obra que no en el lenguaje escrito que le sirve de vehículo de comunicación, o en el medio material (libro, revista) que le sirva de soporte; en música, el arte se encuentra en su percepción auditiva, no en la partitura en que se ve reflejada. Así, en el arte conceptual se valora más la concepción de la obra de arte por parte del artista que no su realización material. En ese sentido, una obra de arte puede tener varios niveles de elaboración: decía Panofsky que, al escribir una carta, se cumple básicamente el objetivo de comunicarse; pero si se escribe poniendo especial atención en la caligrafía, puede tener un sentido artístico valorable per se; y si, además, se escribe en un tono poético o literario, la carta trasciende su sustrato material para convertirse en una obra de arte valorable por sus cualidades intrínsecas. Por otro lado, hay que valorar la percepción del receptor: un objeto puede no estar elaborado con finalidades artísticas pero ser interpretado así por la persona que lo percibe –como en los ready-made de Duchamp–. Igualmente, una obra de arte puede tener diversas interpretaciones según la persona que lo valore, como remarcó Umberto Eco con su concepto de “obra abierta”. Y una misma obra puede ser percibida como artística por unos y como no artística por otros: decía Marcel Mauss que «es obra de arte el objeto que es reconocido como tal por un grupo social definido». Así, habría que reconocer que una obra de arte es un objeto que tiene un valor añadido, sea este valor un concepto artístico, estético, cultural, sociológico o de diversa índole.48 En conclusión, se podría decir que una obra de arte es un hecho sensorial, realizado artificialmente, con intencionalidad comunicativa y orientación lúdica. La obra de arte, para ser considerada como tal, debe trascender su sustrato material para adquirir una significación trascendente, basada tanto en su aspecto estético como en el histórico, al ser reflejo de un lugar y tiempo determinados, así como de una determinada cultura que subyace en la génesis de toda obra de arte.49
Sea cual sea su antigüedad y clasicismo, una obra de arte es en acto y no sólo potencialmente una obra de arte cuando pervive en alguna experiencia individualizada. En cuanto pedazo de pergamino, de mármol, de tela, permanece (aunque sujeta a las devastaciones del tiempo) idéntica a sí misma a través de los años. Pero como obra de arte se recrea cada vez que es experimentada estéticamente.

Una
performance, ejemplo de actividad artística que requiere un público.
- Público: un factor cada vez más determinante en el mundo del arte es el del público, la gente que acude a museos o exposiciones y que manifiesta cada vez más un sentido crítico y apreciativo del arte, pudiendo influir en las modas y los gustos artísticos. En siglos anteriores, el arte era un círculo cerrado al que sólo tenían acceso las clases más favorecidas, que eran las que encargaban y adquirían obras de arte. Sin embargo, desde la apertura de los primeros museos públicos en el siglo XVIII, la participación del público en general en la apreciación del arte ha sido cada vez mayor, favorecida sobre todo por el aumento de medios de comunicación de masas (prensa, libros, revistas y, más recientemente, medios digitales e Internet). Asimismo, las nuevas corrientes artísticas, sobre todo desde pasada la Segunda Guerra Mundial, han favorecido la participación del público en la propia génesis del hecho artístico, a través de acciones artísticas como los happenings y las performances.51
- Percepción: la percepción del arte es un fenómeno subjetivo, motivado no sólo por el hecho sensorial sino por el aspecto de mentalidad inherente, que depende de la cultura, la educación, etc. La percepción es un proceso activo y selectivo, el ser humano tiende a seleccionar la percepción más sencilla, así como a ver las cosas globalmente –por ejemplo, tendemos a ver las cosas simétricas aunque no lo sean–. De la percepción sensorial dependen factores como la textura, la forma y el color, así como la geometría, la proporción y el ritmo.
- Materia y técnica: el proceso artístico comienza con la elaboración mental de la obra por parte del artista, pero ésta se ha de plasmar en materia, proceso que se realiza a través de la técnica. La materia tiene una noción constitutiva, creadora, siendo parte esencial de la creación artística. También puede aportar diferentes concepciones estéticas, como el uso del hierro y el vidrio en la arquitectura contemporánea. A su vez, la técnica es la manera cómo el artista da forma a la obra de arte, cómo moldea la materia para conseguir expresar aquello que desea crear. Los materiales y la técnica van evolucionando con el tiempo, y pueden ser definitorios de un determinado lenguaje o estilo artístico.52
- Función del arte: el arte puede cumplir diversas funciones, según la voluntad del propio artista o según la interpretación que de la obra haga el público:
- Práctica: el arte puede tener una utilidad práctica siempre y cuando cumpla diversas premisas de satisfacer necesidades o de tener una finalidad destinada a su uso o disfrute, como es el caso de la arquitectura, o bien de la artesanía y las artes aplicadas,decorativas e industriales.
- Estética: el arte está estrechamente vinculado a una finalidad estética, es decir, de provocar sentimientos o emociones, o bien suscitar belleza y admiración en todo aquél que contempla la obra de arte.
- Simbólica: el arte puede estar revestido de una función simbólica cuando pretende trascender su simple materialidad para ser un símbolo, una forma de expresión o comunicación, un lenguaje por el cual se expresa una idea que debe ser descifrable para el público al cual va dirigida.
- Económica: el arte, como producto elaborado por el hombre, no deja de ser un objeto que puede estar motivado con fines económicos, bien en su concepción o bien en su posterior mercantilización.
- Comunicativa: el arte es un medio de comunicación, por el cual se expresan ideas o conceptos, o bien se recrean estados de ánimo. En este sentido, puede ser tanto crítico como propagandístico del mensaje que desea transmitir.
- Imitativa: el arte ha pretendido históricamente ser fiel reflejo de la realidad, al menos hasta la aparición de la fotografía y el cine en el siglo XX. Así, el arte ha sido un medio ideal para plasmar el mundo, la forma de vida de las diversas culturas y civilizaciones que se han sucedido a lo largo del tiempo.
- Crítica: el arte puede tener una voluntad crítica, bien de tipo político, religioso o social, haciéndose eco de las reivindicaciones sociales de cada periodo histórico.
- Museos: son instituciones dedicadas al estudio, conservación y exposición de obras de arte. El origen de los museos está en el coleccionismo, donde a la obra de arte se le añade un valor histórico o cultural, o bien de admiración o singularidad. A partir del siglo XVIII comenzaron a abrirse las colecciones al público, surgiendo los museos de protección estatal (British Museum, 1753; Uffizi, 1769; Louvre, 1789; Prado, 1819; Altes Museum de Berlín, 1830; National Gallery, 1838; Hermitage, 1851), al tiempo que surgieron las academias, instituciones que regulan el proceso creativo, educativo y formativo del arte. El Consejo Internacional de Museos (ICOM) define el museo como «una institución sin ánimo de lucro, permanente, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierto al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe testimonios materiales de la evolución de la naturaleza y del hombre, con finalidades de estudio, de educación y de delectación». Existen dos disciplinas vinculadas al estudio de los museos: la museografía estudia la vertiente técnica y estructural de los museos (arquitectura, equipamiento, medios de exposición); y la museología analiza el museo desde una perspectiva histórica, social y cultural.53
- Academias de arte: son instituciones encargadas de preservar el arte como fenómeno cultural, de reglamentar su estudio y su conservación, y de promocionarlo mediante exposiciones y concursos; originalmente, servían también como centros de formación de artistas, aunque con el tiempo perdieron esta función, traspasada a instituciones privadas. Las primeras academias surgieron en Italia en el siglo XVI: en 1562, laAccademia del Disegno en Florencia; en 1577, la Accademia di San Luca en Roma. Posteriormente, cabe destacar la Académie Royal d’Art, fundada en París en 1648; la Akademie der Künste de Berlín (1696); la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1744); la Academia Rusa de Artes de San Petersburgo (1757); y la Royal Academy of Arts de Londres (1768). Las academias de arte a menudo han sido criticadas como centros conservadores, anclados en el gusto por el arte clásico, excesivamente reglamentadas, llegando incluso a que el término “arte académico” sea sinónimo de un arte de corte clásico y tipocanónico, de repetición de formas tradicionales. Hoy en día, las academias tienen más que nada una función institucional, representativa y de asesoramiento.54
- Fundaciones de arte: conocidas como el “tercer sector”, ya que son privadas pero no persiguen fines lucrativos, por lo que se sitúan entre los museos y las galerías de arte, las fundaciones son instituciones de ámbito privado y filantrópico encargadas de difundir y fomentar el arte. Entre sus funciones se cuentan tanto la conservación de obras de arte –generalmente estas fundaciones tienen sus propias colecciones– como el estímulo y fomento de la creatividad artística, a través de becas para jóvenes artistas. Instancia intermedia entre la sociedad civil y el estado, las fundaciones favorecen la participación ciudadana en las esferas culturales, fomentando la democratización del estamento artístico. Entre las diversas fundaciones internacionales destacan la Fundación Maeght, la del Chase Manhattan Bank, la Fundación Beyeler, la Fundación Cartier, la Fundación Lucio Fontana, la Fundación Calouste Gulbenkian, la Fundación Solomon R. Guggenheim, la Fundación Robert Mapplethorpe, la Fundación Vincent Van Gogh, etc.; en España, la Fundación Miró, la Fundación Antoni Tàpies, la Fundación BBVA, la Fundación Caixa Fòrum, la Fundación Telefónica, la Fundación Juan March, la Fundación Gala-Salvador Dalí, la Fundación Thyssen-Bornemisza, etc.55
- Coleccionismo: es una actividad, generalmente de índole privada, destinada a la creación de colecciones de obras de arte. Desde siempre, el hombre ha sentido fascinación por el arte, hecho que le ha llevado a la adquisición de obras de arte, para su disfrute personal o, desde el crecimiento del mercado artístico en el Renacimiento, como inversión económica. Las colecciones particulares de arte han rivalizado a menudo con los museos en cuanto a cantidad y calidad de obras de arte y, gracias a donaciones filantrópicas, han sido origen muchas veces de la ampliación o creación de nuevos museos. El coleccionismo empezó de forma amplia en la antigua Roma, fruto generalmente de botines de guerra de los países conquistados. Durante la Edad Media fue común el atesoramiento de piezas de valor (orfebrería, obras de marfil y ébano) y de reliquias. Sin embargo, el auge del coleccionismo se produjo en el Renacimiento, cuando nobles y mecenas encargaron y adquirieron gran número de obras de arte para sus palacios y villas. Circunscrito en principio a la aristocracia, a partir del siglo XVIII el coleccionismo pasó también a la burguesía y a los ricos hombres de negocios, ya que el arte tenía entonces un marcado componente de ostentación social. Desde entonces, la figura del coleccionista privado ha sido fundamental para el éxito del mercado artístico.56
- Mercado artístico: la valoración de la obra de arte como mercancía susceptible de ser adquirida por una contraprestación económica comienza con la toma de conciencia de la singularidad del arte, de su valor como obra única e irrepetible, unido a aspectos como su antigüedad, su calidad, su autenticidad, etc. El comercio artístico surgió en Grecia y Roma, pero se consolidó en el Renacimiento: en el siglo XVIexistían ya en Venecia y Florencia lonjas especializadas en la transacción del arte. En el siglo XVII el principal centro comercializador de arte fueron los Países Bajos, donde una creciente burguesía hacía del arte un reflejo de su estatus social. En el siglo XIX el mercado del arte cobró una gran difusión, en paralelo a la apertura de los museos públicos y a la realización de exposiciones internacionales donde se exhibían los mejores productos, tanto artísticos como industriales, de todos los países. Proliferó entonces la apertura de galerías privadas de arte, y apareció la figura del marchante de arte, que a menudo jugaría un papel relevante en su relación con los artistas, y llegaría a cobrar un protagonismo propio en la historia del arte (como Daniel-Henry Kahnweiler o Ambroise Vollard). También aparecieron casas desubastas, como las famosas Christie's y Sotheby's británicas, la francesa Drouot, la alemana Lempertz, la italiana Finarte o las españolas Brok, Ansorena y Durán.57
- Ferias: uno de los principales medios de comercialización del arte son las ferias, donde los artistas dan a conocer sus obras, mientras que el público puede apreciarlas y estar al corriente de las diversas novedades que se van sucediendo en el tiempo. Las ferias han ido adquiriendo cada vez mayor relevancia, existiendo un circuito donde a lo largo del año diversas ciudades de todo el mundo acogen ferias de diversa índole. Actualmente, su cometido no es sólo comercial, sino también cultural e institucional, ya que suponen una fuente de difusión del arte. Una de las primeras ferias conocidas fue la celebrada en el Salone degli Innocenti de la Academia de Florencia, donde en 1564 se vendieron 17 de 25 cuadros pintados en homenaje a Miguel Ángel tras su fallecimiento. En 1737 se abrió la muestra bienal del Salón Carré del Louvre, organizada por la Académie Royal d’Art, primeras ferias abiertas a un público mayoritario. En la actualidad destacan: la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassel, la Bienal de São Paulo, la Trienal de Milán, la feria ARCO de Madrid, la FIAC de París, ArtBasel de Basilea, etc.58
- Exposiciones: uno de los factores clave en la difusión del arte, sobre todo actualmente, es la organización de exposiciones, públicas o privadas, de arte antiguo o contemporáneo, individuales o colectivas, temáticas o antológicas. Las primeras exposiciones surgieron en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, propiciadas por el exilio de artistas provocado por la Revolución francesa. En el siglo XIX surgieron las exposiciones universales, primeros fenómenos de masas donde se exponían las principales novedades tanto del mundo del arte como de la ciencia, la industria y cualquier otra actividad humana. Desde entonces se han sucedido las exposiciones por todo el mundo, circunscritas a menudo en los propios museos de arte, como forma de favorecer una mayor afluencia de público. Actualmente, son habituales las exposiciones antológicas e itinerantes, que suelen recorrer los principales centros artísticos mundiales. Otro factor a tener en cuenta, sobre todo dada la temporalidad de estas exposiciones, es la cada vez mayor importancia de los catálogos, únicos testimonios del conjunto de obras de arte expuestas de forma, muchas veces, irrepetible. La exposición más visitada ha sido la de Arte degenerado, organizada en 1937 por el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels, que fue visitada por unos tres millones de personas en diversas ciudades alemanas a lo largo de cuatro años.59